Esto no es una salida
Todas las mañanas de todos los lunes de mi vida son iguales. Los ojos fijos en algún punto de la pared y un pensamiento fugaz: hoy no voy. Después viene la conciencia y me da una patada en la boca. Joder, duele. Y la prisa, y el agua fría, y el café ardiendo. Y tú, que te has ido. Porque ayer estabas innegablemente aquí y todo parecía distinto. Eres la persona más casual que conozco. Un año. Ha pasado un año desde la última vez que follamos y creí que no volvería a verte. Nadie me hace estos regalos, pienso. Pero eres tú, de nuevo, de pseudo-nuevo, de nuevo-nuevo. Y vienes hacia mí y me sonríes y yo no alcanzo a entender qué es lo que está pasando. Como puedes recordar mi nombre? Yo preferí no situarte en el tiempo para no echarte de menos. Bueno, los dos sabemos que no te merecía, que estabas por encima de mi imaginación. Pero era besarte y ponerme punk, porque se que te pierde que te provoque, que te gusta que te mire de cerca y que te arañe. Nuestra química consiste en estrellitas de colores y experimentos con gaseosa, y cuando acabamos, hablamos de los sueños que cumpliremos cuando te vayas. Y me abandones. Y dejes este mundo de papel pintado y bandas sonoras suecas que es mi cuarto. Te odio. Porque te tropiezo. Cuando menos me lo espero. Y ESTO NO ES UNA SALIDA, JODER!!!
Algunos lunes son completamente mentira.