cotidianidades

Locuras, miniaturas, envolturas, souvenirs y desastres varios.

31 julio 2007

Yo debería...

Yo debería... odio ese verbo con tantas pretensiones.
Yo debería: dejar de buscar mi nombre entre tus cosas. Dejar de arañar cada letra por si me encuentro. Debería: ser racional, justa, coherente. Pero es pensarte y ponerme punk. Punk, punk, punk. Como cuando sueño o bailo.
En tus sueños, yo bailo, pero no es lo mismo.
Me apeteces a cada rato. Masticarte, tragar tu olor, sentir tus rodillas en mi espalda. Tus rodillas, con sus vértices que aún desconozco. Y los mapas de puntitos que dibuja tu sonrisa. Yo debería... a quién le importa. Yo soy yo con todas mis manías y contigo en cada pensamiento. Más allá del Cantábrico, pronuncias mi nombre en voz alta mientras te acuestas con otra. Como te atreves. Oigo el rumor de tus pecados. Te acuestas con otra, ya lo sé. Mi saliva se vuelve amarga al imaginarlo. En mi paladar, se exitende y se contrae al recordar tu nuca y como me protegieron tus brazos la primera vez que te vi, y como me dejé llevar (yo que soy tan mía con mis cosas y contigo). Me dejé llevar. Y ahora me enredo con tu imagen. Me entretengo en cada línia. Por si me has escondido allí como el mejor de tus secretos. Deberías: dejar de provocarme... pero ni se te ocurra hacerlo!
Maldito verbo pretencioso!
Ven. Por favor.
Ven.

16 julio 2007

Las mujeres de mi vida

He inagurado una nueva sección entre mis amigos que he titulado: la canción del día. Le paso canciones que me gustan con textos como éste... me van a odiar, no creéis??

Las mujeres de mi vida ya no lloran por mí. Ahora forman bandas de rock y juegan a ser súper-estrellas. Se ponen las medias rotas de la última vez que follamos y salen al escenario como si nada. Plumas, luces, ruido. Parece ser que ya me olvidaron. Todo ese amor que decían sentir, bla-bla-bla, todo era mentira. No guardaron luto. Ni castidad. No me perdonaron quererlas tanto. Yo sólo me sentía solo y por eso me largaba. Bebía y no recuerdo... no recuerdo ningún nombre, lo juro, no tenía importancia. Divertirse no es malo, digo yo. Y se lo daba todo: trajes, joyas, créanme. Pero ellas cantan con rabia. Escupen mi nombre con rabia. Escriben canciones con rabia. Y las perdono. Porque al fin y al cabo fueron las mujeres de mi vida, y eso no se olvida.