cotidianidades

Locuras, miniaturas, envolturas, souvenirs y desastres varios.

10 febrero 2014

Deseo / Peligro (13 sept 2013)

La perfección lleva tu nombre. Y tiene tu sonrisa y tus ojos infinitos. Ojos de deseo. De precipicio y peligro. Un mar azul al que saltar mientras mantengo la mirada fija en lo más profundo, el fondo de tus pupilas centelleantes, el miedo electrificandome aunque ya es demasiado tarde, porque estoy suspendida en el aire, haciendo piruetas sobre mi misma, cayendo en picado irremediablemente. Y al final de todas las cosas, tu.

Qué ha pasado. Cuándo. Esta no es mi vida. Me has transportado a un nuevo mundo y estamos detrás del espejo. Has aparecido de repente, desordenándolo todo, y te irás en unos días sin dejar rastro. Sólo un montón de escombros y esta sensación de irrealidad. Porque tu no existes ni en mis mejores sueños, y sin saber cómo, ahora eres real. Lo sé porque cuando me sonríes puedo sentir el universo en la punta de mis dedos. Y porque cuando me miras dotas de significado al mundo. Me paralizas. Por qué me mirarás así, de frente, sin un atisbo de disimulo. Por qué cuando lo haces siento la calma más intensa y el miedo más atroz. Soy incapaz de determinar cómo has logrado esto. Sólo sé que ahora siempre pienso en ti.

Es todo tan absurdo e innegable que los límites hasta ahora conocidos resultan insuficientes. Has trastocado mis esquemas, sobrepasado mis expectativas. Has convertido lo sublime en corriente, y ahora qué.

Mientras al otro lado la tierra gira como siempre. Nadie sabe nada de tu superpoder. Me pregunto si tu mismo lo sabrás, porque ni los tópicos más universales tienen valor alguno contigo. Cuando quiera explicarte no me creerán, y temo que con el tiempo tu recuerdo me resulte inverosímil. Pero sólo hace falta un momento, un segundo entre tus brazos, mi pecho contra el tuyo y la realidad derrumbándose, para constatar que durante una fracción de espacio y tiempo jugamos con el deseo y jugamos con el peligro. Y que exististe en mi vida. Qué suerte la mía.